Hay momentos en que el sufrimiento alcanza tal grado de incandescencia que diríase nos cristaliza y nos vuelve por ello indestructibles.
JULIO RAMÓN RIBEYRO, Prosas apátridas
Hay momentos en que el sufrimiento alcanza tal grado de incandescencia que diríase nos cristaliza y nos vuelve por ello indestructibles.
JULIO RAMÓN RIBEYRO, Prosas apátridas